martes, 8 de septiembre de 2015

Una mariposa en la máquina de escribir - Cory MacLauchlin



Una mariposa en la máquina de escribir. Cory MacLauchlin, Anagrama, 2015, 361 págs.,  24€.


El destino de muchas obras literarias va irremediablemente unido al de sus autores. Aunque 2666 es una obra magna, el hecho de que apareciera un año después de la muerte de su creador, Roberto Bolaño, ha atraído a muchos lectores y, seguramente, ha aumentado su éxito.  A algunos lectores les fascinan las historias de escritores malditos y se acercan a sus libros con cierto morbo, para intentar encontrar en ellos rastros de las atribuladas vidas de sus autores. Sin embargo, ninguna historia personal, por muy truculenta que sea, sostiene el éxito de una obra mediocre y sólo aquellas que posean méritos intrínsecos pueden perdurar en el tiempo. Un caso paradigmático de ello lo tenemos con La conjura de los necios, la magnífica novela del norteamericano John Kennedy Toole. A la vida de este narrador, nacido en Nueva Orleans y paradigma del autor que sólo encuentra el éxito tras su muerte, está dedicado este libro de Cory MacLauchlin.
            La mayoría de los que hemos disfrutado de las desventuras de Ignatius J. Relly, el excesivo y anacrónico protagonista de esa cumbre de la sátira que es La conjura de los necios, conocíamos el tortuoso camino que esta novela tuvo que sufrir para lograr el éxito. Rechazada por un importante editor neoyorquino y abandonada por Toole hasta su suicidio, sólo pudo ver la luz gracias al empeño de la madre del autor que batalló durante más de una década hasta que el libro por fin se publicó, convirtiéndose en un éxito crítico y comercial. Esta historia parece poseer todos los ingredientes de una fábula: el artista rechazado por la industria cultural, su posterior suicidio, la lucha incansable de la abnegada madre, el triunfo del libro y el reconocimiento póstumo del autor.
            Sin embargo esta historia de buenos y malos, conocida por el público gracias a los testimonios de la madre de Toole, tiene sus matices. MacLauchlin realiza una investigación seria y documentada para mostrarnos la verdad sobre el autor y el libro. Gracias a cartas, textos de distinta índole y testimonios de amigos y familiares de Toole, se matiza la “versión oficial” de su vida. Por ejemplo, se reconoce que la madre fue un personaje clave para la publicación del libro, pero también se la presenta como una figura egocéntrica que buscaba su propia fama tanto como el reconocimiento a su hijo. Gracias a las cartas que se reproducen, se acaba con la imagen de ogro del editor neoyorquino que rechazó la obra, demostrando que reconoció la valía del libro e intentó mejorarlo. Como buen historiador, MacLauchlin huye de las elucubraciones morbosas sobre las razones del suicidio, como su supuesta homosexualidad, y nos presenta la importancia de la enfermedad mental en el trágico desenlace.

Opta MacLauchlin, como suele suceder en estos casos, por repasar de manera cronológica la vida de Toole, pero también del libro, ya que la creación y el desarrollo de La conjura de los necios es tan importante para el autor como la biografía del narrador de Nueva Orleans. Nos interesa Toole porque nos encanta su libro y eso es lo que encontrará el lector en Una mariposa en la máquina de escribir: las claves para entender mejor una novela maravillosa escrita por una persona brillante, pero cuya vida sufrió un trágico y prematuro final.

Reseña publicada en El Noroeste:


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