lunes, 20 de octubre de 2014

La vida imposible - Eduardo Berti



La vida imposible, Eduardo Berti, Páginas de Espuma, 2014, 16€.

La lectura de un libro de microrrelatos tiene unas peculiaridades que la hacen distinta a la del resto de géneros narrativos. Al tratarse de relatos de una extensión normalmente inferior a una página, el lector tiene que entrar y salir constantemente del mundo ficcional que plantea cada historia, algo que no ocurre con las novelas o con los cuentos. A la vuelta de cada hoja nos espera una trama diferente protagonizada por personajes distintos y que nos depararán un final desconocido. Por ello se suele aconsejar que la lectura de un libro de microrrelato sea, al contrario de lo que se podría esperar, lenta y espaciada en el tiempo, o por el contrario acabaremos un tanto saturados por la cantidad de historias que se suceden en pocas páginas.
Eduardo Berti conoce bien el género y emplea un recurso muy útil para que el receptor de la obra no se canse de esa sucesión de mundos ficticios y encuentre cierta coherencia en la obra completa. El centenar escaso de microrrelatos que componen este libro giran todos en torno al concepto que adelanta el título: son historias sobre hechos improbables, personajes extraños o proezas insólitas. Así, se nos cuenta la existencia de una mariposa en la que se transforma en oruga y no al revés (“Mariposa humana”); de un hombre que no tolera de ninguna forma ir vestido (“Sin ropa”); de otro que queda embarazado aún siendo varón (“El hijo”); o  de una mujer sin ombligo (“La última mujer”).
También comparten muchas de las narraciones de La vida imposible una estructura similar que apuntala esa sensación de unidad que Berti parece buscar en la obra. El narrador comienza aludiendo a una nación o ciudad concreta (Lituania, Montecarlo, Reikiavik) donde se ha producido ese hecho singular que se explica durante el relato. En algunas ocasiones, el autor no llega a desarrollar una trama, por mínima que sea, y se limita a narrar con cierto estilo periodístico la peculiaridad del caso citado. Se trata de los relatos menos logrados de la colección, ya que el lector espera un desarrollo mayor de la historia que queda finalmente como una mera anécdota.
Entre los temas tratados en los microrrelatos del libro, siempre desde la óptica de lo extraño, destacan los relacionados con la creación literaria. Es éste un asunto habitual en los libros de minificción y Berti lo incorpora muy acertadamente a su catálogo de rarezas desde distintas perspectivas. Así, en “Los libros por venir” se sueña con una biblioteca en la que los libros sólo apuntan un posible argumento para que alguien lo complete; en “Bovary” se utilizan todas las palabras del clásico de Flaubert para crear una nueva obra; mientras que en “Un arco equívoco” un traductor crea un libro eligiendo otra acepción, y no la lógica, de poemas o relatos en otros idiomas.

Termina el libro de Berti con una sección titulada “Ramonerías” y que mezcla greguerías, aforismos e incluso algún haiku. Son textos aún más concisos que los microrrelatos y que se mueven entre las definiciones imposibles: “Un sonámbulo: un paseador de sueños”; los juegos de palabras: “Los ateos rezan el padrevuestro”; y la paradoja: “Un amor propio no correspondido”. Entre los dos centenares de “Ramonerías”, encontramos esporádicamente, al igual que entre los microrrelatos, textos que demuestran la maestría de Berti en las distancias cortas.

lunes, 6 de octubre de 2014

Open - Andre Agassi



Open (memorias), Andre Agassi, Duomo, 2014, 475 págs. 19€.

Tienen las autobiografías una tendencia hacia lo falaz. La mentira suele ser común cuando alguien recuerda en un libro su vida. En algunos casos se trata de episodios inventados que jamás ocurrieron; en otras ocasiones son meros olvidos que, con el paso de los años, el autor se ve obligado a cambiar por la siempre efectiva ficción. Este carácter mentiroso implícito en el género se acentúa en el caso de los personajes famosos que deciden contar su vida en las páginas del libro. Por todo ello accedí a Open, las memorias de Andre Agassi que acaban de publicarse en España, con bastantes recelos y con cierta curiosidad. Este último sentimiento no estaba provocado tanto por mi interés por las intimidades del tenista estadounidense sino por el hecho de que escritores como Alessandro Baricco o Jesús Carrasco aseguraran que Open era un buen libro.
Tras leerlo puedo afirmar que estoy de acuerdo con estas opiniones, mediatizadas seguramente por intereses editoriales, y que se trata de una obra que se lee con interés y, en algunos momentos, con voracidad. Agassi repasa su vida desde su infancia hasta su retirada del mundo del tenis sin ahorrarse momentos íntimos y dolorosos. Como en toda buena autobiografía que se precie, en Open hay páginas confesionales; el deportista reconoce que consumió drogas y que mintió a las autoridades tenísticas para evitar una condena por dopaje. También se empeña en asegurar que siempre ha odiado el tenis. Este sentimiento se convierte en un mantra que repite durante todo el libro y que se explica por la dureza de sus entrenamientos infantiles. Los capítulos sobre sus primeros años son, como casi siempre en este tipo de libros, los más jugosos; su padre es descrito como un personaje agresivo y obsesionado en convertir a su hijo pequeño en un campeón.  Esta meta le llevará a entrenarlo hasta la extenuación, a escatimarle cualquier muestra de cariño que pudiera ablandarlo e incluso a apostar (viven en Las Vegas) una gran cantidad de dinero en partidos en el que un Andre aún en categoría alevín se enfrenta a adultos.
Aprovecha Agassi el formato del libro para ajustar cuentas con la prensa, con las marcas publicitarias, que hicieron de él un icono mediático de los noventa, e incluso con su primera esposa, la actriz Brooke Shields, a la que se retrata como una frívola más preocupada por  alternar con actores famosos que en escuchar las cuitas de su atribulado marido. Éste se presenta a sí mismo como una persona introspectiva, agobiada por su odio al tenis y por su imagen de rebelde, que se apoya en sus colaboradores (entrenador, preparador físico, agente) para superar las distintas crisis que vive durante su carrera. Finalmente encontrará un apoyo definitivo en la alemana Steffi Graf, madre de sus hijos y antagonista de Shields. Aunque no es un libro sólo sobre tenis, los aficionados encontrarán numerosas referencias a partidos, entrenamientos y opiniones sobre rivales, especialmente sobre Pete Sampras, del que se muestra siempre distante por lo radicalmente diferente de sus personalidades.
Sólo al final del libro, en los agradecimientos,  reconoce Agassi lo que sospechamos desde el principio: que en la confección de Open ha sido ayudado por un escritor profesional, el premio Pulitzer J. R. Moehringer. Esta confesión no nos sorprende porque la mentira es un pecado venial cuando se trata de escribir tus memorias. 

Reseña publicada en El Noroeste.